• Martes, 17 de Marzo de 2015

    Restaura INAH piezas de Galeria Episcopal de Durango

    Martes, 17 de Marzo de 2015
    IttaMagazine/INAH

    RESTAURAN PIEZAS DE GALERÍA EPISCOPAL DE DURANGO

    Se trata de un lienzo del siglo XVIII pintado por Miguel Cabrera, una pintura de autor anónimo y dos estuches para fuste y resplandor de custodia monumental

    Las piezas fueron atendidas en el Centro INAH Durango

    Un lienzo del siglo XVIII pintado por Miguel Cabrera, junto con otra pintura de caballete y dos estuches para fuste y resplandor de custodia monumental, del mismo periodo, que forman parte de la colección de la Galería Episcopal de la Catedral Basílica Menor de Durango, fueron restaurados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

    Las obras intervenidas son: la Virgen del Refugio, pintada por Miguel Cabrera en 1768; Pedro Tapiz, 9° Obispo de Durango, de autor anónimo, ambas con su respectivo marco, y el par de estuches de madera y tapicería de terciopelo azul.

    Debido a los daños que presentaban las obras a causa de un incendio, el INAH procedió a restaurarlas, con el fin de recuperar la estabilidad estructural y los valores estéticos por medio de una intervención metodológica, siguiendo los lineamientos establecidos por la disciplina de la restauración y conservación de bienes muebles.

    El óleo sobre tela de la Virgen del Refugio mide 1.37 metros de alto por 84 centímetros de ancho; representa a una mujer joven de tez blanca y cabello castaño, sentada y con un niño de pie en su regazo. Usa túnica en tono rosa fuerte y manto azul verdoso, adornado con fimbrias doradas de motivos fitomórficos y perlas, y con anagramas de la Virgen María y de Jesucristo.

    La escena está enmarcada por un óvalo con guirnaldas de flores en las partes inferior y superior. En la parte central inferior hay una cartela con la frase Refugium Peccatorum, y a la derecha, la firma del autor. La escena es conocida iconográficamente como la advocación a la Virgen del Refugio.

    Luego de hacer un diagnóstico, la restauradora Marina Straulino Muñoz de Cote detalló que la superficie de la pintura y el soporte mostraban polvo incrustado y manchas de humedad. Asimismo, se detectaron faltantes de capa pictórica en diversas áreas, sobre todo en el centro. La capa de protección de la pintura se hallaba muy oxidada en algunos lugares, provocando oscurecimiento general en la obra y pérdida de detalles.

    Antes de iniciar la restauración, se realizaron análisis con luz transmitida, luz UV y luz rasante, con el fin de observar y registrar las características de los estratos, repintes y otros deterioros presentes en la obra.

    Posteriormente, se realizó una limpieza especial por ambos lados, fijado de capa pictórica en áreas de escamación, limpieza de soporte en seco, reentelado de la obra, montaje en un nuevo bastidor, atención del barniz oxidado, reintegración volumétrica y cromática y colocación de acabados. Para lograr la unificación tonal y estética, se aplicó un barnizado como capa de protección final.

    La pintura Pedro Tapiz, 9° Obispo de Durango, de 1.98 metros de altura por 1.23 de ancho, representa a un hombre de pie vistiendo sotana negra y roquete con mangas, orilla inferior bordada y gorjal negro. Sobre el pecho tiene una cadena con crucifijo dorado y cubriéndole la coronilla se observa un solideo. Remata con capa roja forrada en blanco.

    El personaje tiene levantada la mano derecha a la altura del pecho, en actitud de bendecir, y su brazo izquierdo sostiene un bonete negro. A la derecha, sobre una mesa, aparecen una mitra y un libro de cantos rojos con cierres plateados. Atrás de la mesa hay un estante de libros, con puerta de cristal, y apoyada en el piso, se puede ver una cartela con datos del personaje, quien falleció el 13 de abril de 1722, a los 49 años de edad.

    La especialista indicó que la totalidad de la superficie de la capa pictórica estaba cubierta por polvo, cenizas, hollín y restos de productos químicos utilizados para apagar el incendio. Además, había faltantes de capa pictórica, escamación en la superficie cromática y degradación del soporte de tela.

    Para atender el deterioro, se procedió a la consolidación y fijado de escamas y capa pictórica mediante tratamientos especiales; se eliminaron suciedad y barniz oxidado; se hizo limpieza de soporte, reintegración volumétrica y cromática; se colocaron injertos de tela de lino en la zona quemada y se fabricó un nuevo bastidor con madera de cedro. Al final, se aplicó un barnizado como capa de protección.

    Asimismo, se restauraron los marcos de ambas obras y dos estuches para fuste y resplandor de custodia monumental. A estos últimos se les realizó limpieza, se restituyeron molduras y tapicería de terciopelo azul, se aplicó barniz y se recuperó su composición original.

    La restauración se llevó a cabo en el Centro INAH Durango, de octubre a diciembre de 2014.